Mi lado escritor

Llevo años intentando escribir una historia. 

Se enciende una pequeña lucecita en mi cabeza, toma forma y se mezcla entre si hasta dar con una combinación perfecta que me hace creer que podría llegar a ser algo grande. Conecto con los personajes, les doy atención como si tuvieran vida propia y me encariño tanto como ellos que duele cuando paso la página para escribir sobre otros. Hay momentos en los que me digo "esto algún día saldrá. Algún día estará completo y, entonces, todo el mundo va a amarlo, será allí cuando me de cuenta que la espera ha valido". Pero aún así, aún con todo ese positivismo, nunca consigo avanzar más allá de 10 capítulos. Me he preguntado muchas veces el porqué. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Y a lo largo de los años le he achacado varias cosas.

Quizás es mi falta de disciplina. Quizás es porque no me dedico todos los días a una hora específica a escribir. Quizás es porque es solo un sueño y ahí debe quedarse. Quizá ya deba guardarlo en un cajón y darle paso a otro. 

He aprendido que esto es más común de lo que nos gusta aceptar: que nos apasione algo no significa que hayamos nacido para hacerlo, sin embargo, me permito dudar. ¿Por qué rayos debería de hacerle caso a ese pensamiento tan negativo? A mi me gusta leer y, como buena vanidosa que soy, creo firmemente con que yo puedo hacerlo mil veces mejor. ¿He ahí el problema? Ya lo he pensado, no lo creas. Quizá sea por mi vanidad la incapacidad de escribir. Pero si te pones a ver, los mejores sueños parten  desde ahí: del deseo de ser como otro. Ser tan bueno como el otro. Ser mejor que el otro. Superar al otro. Convertirse en el otro de otros... Es un ciclo interminable, pero es lo que motiva a la mayoría a ser mejor. A luchar por eso que quiere hasta conseguirlo y no rendirse porque, de hacerlo, entonces sería el peor perdedor de todos.

Yo no quiero ser una perdedora.

Quiero ser muchas cosas. Actriz. Doctora. Cirujana. Psicóloga. Escritora. Bailarina. Empresaria. Deportista. Y muchas más, pero jamás una perdedora.


(Este deseo ferviente que nace en lo más profundo de mi ser)

(Quiero alcanzarlo con todas mis fuerzas, pero es como si solo la punta de mis dedos consiguieran acercarse... Y luego me alejaran abruptamente)


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